El alcalde de Villamiel de la Sierra, Pedro Ángel Calvo, urge a la Diputación Provincial el arreglo de la carretera BU-V-8002 por la “alta peligrosidad” que entraña la infraestructura de acceso a más de una decena de pueblos ubicados a apenas 30 kilómetros de la capital burgalesa.

Se trata de una antigua reivindicación y de una “prioridad absoluta” en la zona por la estrechez de esta vía de doble sentido, sin arcenes, y con un firme  “completamente deteriorado, hasta el punto de que más que una carretera parece un camino”, según denuncia.

“Hemos pedido el arreglo a la Diputación reiteradamente porque es una vía muy transitada también por ciclistas, pero los pueblos de la falda de la sierra somos los más olvidados”, lamenta el regidor. Según explica, la Institución provincial arguye que su red de carreteras es muy extensa y que “no hay dinero para todo”.

En opinión de Calvo, la dignificación de las infraestructuras y las comunicaciones en el medio rural constituyen una condición imprescindible para combatir su despoblación. Subraya que el mal estado de la BU-V-8002 agrava el problema del éxodo rural que los ayuntamientos como el suyo están intentando combatir con “esfuerzos ímprobos” y con los escasos recursos a su alcance.

En el caso de Villamiel de la Sierra, el Ayuntamiento ha conseguido sanear las cuentas después de la situación delicada que heredó de anteriores mandatos y espera desbloquear próximamente la retención de la participación económica estatal como consecuencia de la falta de presentación de las cuentas de 2012, 2013 y 2014.

El alcalde se muestra optimista y explica que, a pesar de este contratiempo, el Ayuntamiento ha conseguido adecentar varias calles y abrir un parque infantil “para que los niños tengan un espacio donde jugar”. Para ello, reivindica también a las administraciones competentes que velen por la prestación de servicios públicos en el medio rural, entre ellos, la sanidad.

Según el regidor, las visitas médicas semanales asignadas  a Villamiel de la Sierra no siempre se cumplen por falta de sustitutos tras las guardias médicas. “Tenemos mayores que, evidentemente, no conducen, así que si el médico no viene, al final es el alcalde o un concejal el que más de una vez tiene que ocuparse de llevar a algunos vecinos al pueblo de al lado o a Burgos  para pasar consulta o a por recetas”, explica. “No me molesta en absoluto, porque lo importante es que la gente se quede en el pueblo y es algo que hacen muchos alcaldes, pero me gustaría que las instituciones públicas correspondieran y cumplieran con su parte de responsabilidad”, concluye.