El 1 de octubre se celebra el Día Internacional de las Personas Mayores. Una jornada para valorar su importante contribución, tanto en el pasado como en el presente, al transmitir conocimiento y experiencia y para reivindicar una mejor calidad de vida, independientemente del lugar donde vivan, de su género o de sus recursos económicos.

Las personas mayores necesitan sentirse parte de la sociedad, sentirse seguras y vivir una vida independiente y autónoma. También merecen respeto y trato digno, poniendo fin a toda discriminación y abusos por motivos de edad.

Castilla y León tiene una población que ha ido envejeciendo progresivamente debido a la baja natalidad, el éxodo de los jóvenes por falta de oportunidades y la alta esperanza de vida. Actualmente una de cada cuatro personas es mayor de 65 años y la proporción de octogenarios crece igualmente y supone el 9,5% de la población total. Un porcentaje que en el año 2035 se elevará hasta el 30%. 

Es preciso cambiar la imagen distorsionada y negativa del envejecimiento por una etapa como logro de progreso de nuestra sociedad y de oportunidades, facilitando su participación activa en todos los ámbitos, porque no se trata simplemente de vivir más, sino de añadir vida a los años. 

La mayoría  desarrolla una vida autónoma, por ello son tan importantes los programas de envejecimiento activo que promueven el aprendizaje y estilos de vida saludable, como, por ejemplo, los que desarrolla el Ayuntamiento de Burgos, y una pequeña parte, necesita cuidados y protección.

Es urgente responder a la demanda de querer seguir viviendo el mayor tiempo posible en sus domicilios, aumentando la Junta de Castilla y León las horas del Servicio de Ayuda a Domicilio y las pírricas prestaciones de 20 y 30 euros al mes por recibir cuidados en el entorno familiar. 

También es preciso extender la teleasistencia y una adecuada atención socio-sanitaria para atender la soledad no deseada que provoca deterioro físico y mental a los mayores que residen en sus hogares. El Servicio de Salud de Castilla y León en el medio rural, debe atender y garantizar la atención sanitaria, no puede ser que desde febrero los médicos no hayan ido a los consultorios. Las personas mayores se sienten desprotegidas por la Junta.

La pandemia nos ha mostrado un baño de realidad respecto a las residencias de mayores en nuestra Comunidad, tan sólo el 9% son de titularidad pública.

Es imprescindible que la Administración autonómica cumpla con lo firmado con la oposición en el Pacto de Reconstrucción, acometiendo un cambio de modelo de residencias basado en una atención centrada en la persona donde se personalice el cuidado, donde tengan garantizada la atención sanitaria pública primaria y hospitalaria, donde se aumenten los ratios de personal, dignificando su labor con mejores condiciones laborales. 

Asimismo, es prioritario que aumente el número de plazas públicas residenciales. Solo hay que ver las enormes listas de espera para acceder a las mismas por parte de familias que no tienen otra alternativa por falta de recursos económicos. También hay que incrementar las plazas de convalecencia socio-sanitaria tan necesarias después de un ingreso hospitalario para volver al hogar en las mejores condiciones posibles.

Y en relación a la aplicación de la Ley de Dependencia, se requiere mayor dotación de recursos humanos en los centros de acción social para terminar con las demoras en las valoraciones como personas dependientes, que merman los derechos recogidos en la ley y que pasa inevitablemente por mayor dotación económica en los presupuestos autonómicos de Castilla y León para desarrollar las propias competencias en servicios sociales.

Como sociedad, debemos promover el empoderamiento de las personas mayores en todos los ámbitos, fomentando su participación en la vida social, económica y política, para garantizar su inclusión y reducir las numerosas desigualdades y vulnerabilidades a las que se enfrentan muchas de estas personas.

Las amenazas y los desafíos que soportan en la actualidad las personas mayores, junto a sus deseos y expectativas serán analizados en una ponencia de estudio sobre el envejecimiento en el Senado, aprobada la semana pasada a instancias del PSOE, que debe confluir en unas recomendaciones para las distintas administraciones competentes, para fomentar la convivencia intergeneracional que fomente el bienestar. 

Los y las socialistas estaremos en esta tarea e impulsaremos las medidas necesarias para garantizar el ejercicio de derechos de todas las personas para desarrollar su potencial en todas las etapas de la vida.